-1º- Adquiere dimensiones políticas al romper el estrecho marco del antiguo régimen y acercarse con el ideal de progreso a las revoluciones burguesas.
-2º- La ilustración desde el punto de vista filosófico es optimista, considera que la luz de la razón redimirá a la humanidad de sus limitaciones, criticando las estructuras sociales, políticas e ideológicas del antiguo régimen, y a la iglesia, calificada de retrograda y oscurantista.
-3º- La ilustración animó el florecimiento de las artes, de la ciencia, de la técnica y su experimentación, extendiendo la educación a amplias capas de la población.
-4º- la ilustración no fue un movimiento original, ya que sus principios se formularon en el siglo XVI, ni tampoco fue popular pues solamente pequeños grupos sociales se interesaron por ella.
Los precursores de la Ilustración pueden remontarse al siglo XVII e incluso antes. Abarcan las aportaciones de grandes racionalistas como René Descartes y Baruch Spinoza, los filósofos políticos Thomas Hobbes y John Locke y algunos pensadores escépticos galos de la categoría de Pierre Bayle o Jean Antoine Condorcet. Los principios básicos de la Ilustración fueron el acercamiento a la naturaleza, la búsqueda de la felicidad, el sentido del progreso y la exaltación de la razón. No obstante, otra base importante fue la confianza engendrada por los nuevos descubrimientos en ciencia, y asimismo el espíritu de relativismo cultural fomentado por la exploración del mundo no conocido.
Además la Ilustración a diferencia de otras corrientes de pensamiento de época anteriores, estuvo alejada de la Universidad y de los libros. Los salones y los nuevos medios de comunicación como panfletos, folletos, revistas o periódicos contribuyeron decisivamente a su divulgación. Muchos defensores de la Ilustración no fueron filósofos según la acepción convencional y aceptada de la palabra; fueron vulgarizadores comprometidos en un esfuerzo por ganar adeptos. Les gustaba referirse a sí mismos como el “partido de la humanidad”, y en un intento de orientar la opinión pública a su favor, imprimieron panfletos, folletos anónimos y crearon gran número de periódicos y diarios.
También se difundió a través de la masonería, organización fundada en Gran Bretaña a principios del siglo XVIII y que defendía los principios deístas y filantrópicos, tan en sintonía con los de la Ilustración.
Se otorgó un gran valor al descubrimiento de la verdad a través de la observación de la naturaleza, más que mediante el estudio de las fuentes autorizadas, como Aristóteles y la Biblia. Aunque veían a la Iglesia —especialmente la Iglesia católica— como la principal fuerza que había esclavizado la inteligencia humana en el pasado, la mayoría de los pensadores de la Ilustración no renunció del todo a la religión. Optaron más por una forma de deísmo, aceptando la existencia de Dios y de la otra vida, pero rechazando las complejidades de la teología cristiana.
Montesquieu destacó por primera vez como escritor con sus Cartas persas (1721). En esta obra, mediante el recurso de la relación epistolar entre dos aristócratas persas de viaje por Europa, Montesquieu hace una sátira de los políticos franceses de su tiempo, así como de las condiciones sociales, los asuntos eclesiásticos y la literatura de la época. El libro adquirió rápidamente una enorme popularidad. El escritor español José Cadalso lo tuvo como modelo para sus Cartas marruecas.
Fue una de las primeras obras de la Ilustración, que, con su crítica a las instituciones francesas durante la monarquía de la Casa de Borbón, ya anunciaba el germen de la Revolución Francesa. La fama que adquirió Montesquieu con ésta le abrió las puertas de la Academia Francesa en 1728. Su segunda obra sobresaliente fue Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos (1734), una de las primeras obras importantes en la Filosofía de la historia.
Pero su obra maestra es El espíritu de las leyes (1748), que figura entre las tres obras principales de la Teoría política. En ella el autor analiza las tres principales formas de gobierno (república, monarquía y despotismo) y establece las relaciones que existen entre las áreas geográficas y climáticas y las circunstancias generales y las formas de gobierno que se producen.
Sostiene también que debe darse una separación y un equilibrio entre los distintos poderes a fin de garantizar los derechos y las libertades individuales. A lo largo de toda Latinoamérica, los textos de Montesquieu se leían con entusiasmo a principios del siglo XIX.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII se difundieron dos corrientes distintas:
♥La racionalista, aristocrática y materialista---heredera de los principios volterianos y que se manifestó sobretodo en la Enciclopedia.
♥La corriente idealista, partidaria de ensalzar lo sentimental y lo popular, que tuvo su más destacado interprete Jean-Jacques Roseauu .
Gozaron de prestigio las obras de Jean Jacques Rousseau, cuyo Contrato social (1762), el Emilio, o la educación (1762) y Confesiones (1782) tendrían una profunda influencia en posteriores teorías políticas y educativas y sirvieron como impulso literario al romanticismo del siglo XIX.
Fue en París donde Denis Diderot, autor de numerosos panfletos filosóficos, emprendió la edición de la Enciclopedia (1751-1772). Esta obra, en la que colaboraron numerosos autores como D´lembert, Helvetius, pionero del materialismo moderno…, fue concebida como un compendio de todos los conocimientos y a la vez como un arma polémica, al presentar las posiciones de la Ilustración y atacar a sus oponentes.
Diderot En 1747 recibió la invitación de editar una traducción francesa de la Cyclopaedia inglesa de Ephraim Chambers. Diderot, en colaboración con el matemático Jean le Rond d'Alembert, convirtió este proyecto en una inmensa obra de nueva redacción que abarcaba 35 volúmenes, Enciclopedia o diccionario razonado de las artes y los oficios, más conocida como la Enciclopedia.
Con ayuda de los más prestigiosos escritores de la época, entre los que figuraban Voltaire y Montesquieu, el escéptico y racionalista Diderot empleó la Enciclopedia como una poderosa arma de propaganda contra la autoridad eclesiástica, la superstición, el conservadurismo y el orden semifeudal de la época.