“rEtOrNa A lO aNtIgUo Y sErÁs MoDeRnO...”
Renacimiento es el nombre dado al amplio movimiento de revitalización cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes aunque también se produjo la renovación en la literatura y las ciencias, tanto naturales como humanas.
El Renacimiento es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.
El nombre Renacimiento se utilizó porque éste retomó los elementos de la cultura clásica. Además este término simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de estancamiento causado por la mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. El Renacimiento planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, cambiando el teocentrismo medieval, por el antropocentrismo renacentista.
Sin embargo, Vasari, había formulado una idea determinante, el nuevo nacimiento del arte antiguo, que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista. De hecho el Renacimiento rompe, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que califica, con pleno desprecio, como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de gótico. Con la misma consciencia, el movimiento renacentista se opone al arte contemporáneo del Norte de Europa.
Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significa una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».
Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su colocación cronológica se ha discutido muchísimo; generalmente con el término Humanismo se indica el proceso innovador, inspirado en la antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del Hombre en la organización de la realidad histórica y natural, que se aplicó en los siglos XIV y XV...
♥La segunda, afecta al siglo XVI, se denomina Cinquecento, y su dominio artístico queda referido al Alto Renacimiento, que se centra en el primer cuarto del siglo. Esta etapa desemboca hacia 1520-1530 en una reacción anticlásica que conforma el Manierismo.
Mientras que en Italia se estaba desarrollando el Renacimiento, en el resto de Europa se mantiene el Gótico en sus formas tardías, situación que se va a mantener, exceptuando casos concretos, hasta comienzos del siglo XVI.
En Italia el enfrentamiento y convivencia con la antigüedad clásica, considerada como un legado nacional, proporcionó una amplia base para una evolución estilística homogénea y de validez general. Por ello, allí, es posible su surgimiento y precede a todas las demás naciones.
Fuera de Italia la Antigüedad Clásica supondrá un caudal académico asimilable, y el desarrollo del Renacimiento dependerá constantemente de los impulsos marcados por Italia. Artistas importados desde Italia o formados allí, hacen el papel de verdaderos transmisores.
Los supuestos históricos que permitieron desarrollar el nuevo estilo se remontan al siglo XIV cuando, con el Humanismo, progresa un ideal individualista de la cultura y un profundo interés por la literatura clásica, que acabaría dirigiendo, forzosamente, la atención sobre los restos monumentales clásicos.
Italia en ese momento está integrada por una serie de estados entre los que destacan Venecia, Florencia, Milán y el Estado Pontificio.
La presión que se ejerce desde el exterior impidió que, como en otras naciones, se desarrollara la unión de los reinos o estados; sin embargo, sí se produjo el fortalecimiento de la conciencia cultural de los italianos.
ademas hacian pt Desde estos supuestos fueron las ciudades las que se convierten en centros de renovación artística.
En Florencia el desarrollo de una rica burguesía ayudará al despliegue de las fuerzas del Renacimiento, la ciudad se convierte en punto de partida del nuevo estilo, y surgen, bajo la protección de los Médicis, las primeras obras que desde aquí se van a extender al resto de Italia.
El carácter distintivo de la pintura del renacimiento en general y en su periodo de apogeo consiste:
♥En la unidad de la composición, de la perspectiva, de la anatomía y morbidez muscular y de la belleza exterior física tendiendo a imitar la naturaleza con desenvoltura e inspirándose a la vez los artistas en las obras clásicas escultóricas.
♥Por razón de los asuntos, en la universalidad de ellos, dando mucha entrada a los mitológicos apenas tratados en la época anterior y cultivando singularmente el retrato y las historias. Y aunque no se olvidan los cuadros religiosos, carecen éstos por lo común de la idea y unción mística de la época precedente (sobre todo, en las Vírgenes o Madonnas) y hasta desvían con frecuencia el ánimo de la verdadera piedad.
♥Por razón del procedimiento, se distingue en el abandono definitivo de los realces y dorados, en la predilección por los lienzos sin tabla y en la adopción casi exclusiva de la pintura al óleo, salvo las decoraciones murales al temple y al fresco.
La historia moderna de la pintura se inicia con los aportes de los maestros del Renacimiento. Florencia y Roma durante los siglos XV y XVI son la cuna de dicho movimiento que establecerá a través de la perspectiva, la proporción, la anatomía y el descubrimiento y uso del oleo, una manera de pintar realista o verista que no se había dado antes.
Surgieron durante el renacimiento mayormente en el periodo de su apogeo, innumerables centros o escuelas de pintura, sobre todo, en Italia, influyéndose mutuamente unas en otras a pesar de sus divergencias. Y como no se hallan de acuerdo los críticos al enumerar y distinguir las aludidas agrupaciones de artistas ni es uniforme el estilo de los diferentes maestros sólo geográficamente se hacen reunir dichas escuelas.
Plaza de San Pedro, obra de Gian Lorenzo Bernini.
Estructurales: Arco de medio punto, columnas, cúpula semiesférica, bóveda de cañón y cubierta plana con casetones.
Decorativos: Pilastras, frontones, pórticos, motivos heráldicos, almohadillados, volutas, grutescos, guirnaldas y medallones.
Desde sus inicios, la arquitectura renacentista tuvo un carácter profano y, lógicamente, surgió en una ciudad en donde el Gótico apenas había penetrado, Florencia; en la Europa de las grandes catedrales, se implantó con dificultades.
Se caracterizó por el empleo de proporciones modulares, superposición de órdenes, empleo de cúpulas e introducción del orden colosal.
En el Quattrocento fue frecuente recurrir a columnas y pilastras adosadas, a los capiteles clásicos (con preferencia el corintio, aunque sustituyendo los caulículos por figuras fantásticas o de animales), los fustes lisos y el arco de medio punto, a la bóveda de cañón y de arista, así como a cubiertas de madera con casetones. Lo que fundamentalmente distingue a la arquitectura del Quattrocento de la del Alto Renacimiento (o Cinquecento) es la decoración menuda (putti, guirnaldas de flores o frutos, grutescos, etc.), el alargamiento de la cúpula (catedral de Florencia, de Filippo Brunelleschi) y las fachadas de piedra tosca (Palacio Medici−Riccardi, de Michelozzo di Bartolommeo) o con los sillares en realce (Palacio Rucellai, de Bernardo Rossellino, proyecto de Alberti).
La arquitectura del Cinquecento tuvo como centro Roma: En 1506 Donato d'Angelo Bramante terminaba su célebre proyecto para la basílica de San Pedro en el Vaticano. Los palacios se adornaron de valiosos bajorrelieves (Palacio Grimani de Venecia, 1549, obra de Michele Sanmicheli) o de esculturas exfentas (biblioteca de San Marcos, 1537–50, Venecia, obra de Jacopo Sansovino).
Templete de San Pietro in Montorio, de Donato d'Angelo Bramante.
Al no conocer la música griega o romana con tanta precisión como la arquitectura y la escultura, la música renacentista no se produce como una restauración de lo antiguo. La música de esta época fue una culminación de lo anterior (Ars nova) buscando naturalidad, proporción y armonía entre texto y melodía.
Características principales:
♥Unión entre música religiosa y profana.
♥Más equilibrio entre las voces.
♥Mayor sentido imitativo en el contrapunto.
♥Progresiva sustitución de voces por instrumentos (favorece a la música instrumental que también acompaña la danza).
♥Se amplía el campo de acción de la interpretación musical (templos, universidades pero también salones, cortes, etc).
♥El músico adquiere mayor importancia social.
♥Música vocal religiosa:
- Motete: Es una composición de 2, 3 o más voces sobre textos latinos y de extensión breve. El motete se cantaba en Adviento, Cuaresma y en Semana Santa. Su época de mayor importancia fue durante los siglos XII y XIII. En el motete destacan las figuras de Giovanni Pierluigi da Palestrina y de Orlando di Lasso.
- Misa: Se desarrolla sobre los textos litúrgicos de esta celebración: kyrie; gloria; credo; sanctus y Agnus Dei. La misa estaba inspirada en temas del canto llano y profano menos en el caso de la Missae sine nomine (misa sin nombre) que no estaba inspirada en ningún tema preexistente.
Resurgirán tanto las antiguas formas arquitectónicas, como el orden clásico, la utilización de motivos formales y plásticos antiguos, la incorporación de antiguas creencias, los temas de mitología, de historia, así como la adopción de antiguos elementos simbólicos. Con ello el objetivo no va a ser una copia servil, sino la penetración y el conocimiento de las leyes que sustentan el arte clásico.
Surgimiento de una nueva relación con la Naturaleza, que va unida a una concepción ideal y realista de la ciencia. La matemática se va a convertir en la principal ayuda de un arte que se preocupa incesantemente en fundamentar racionalmente su ideal de belleza. La aspiración de acceder a la verdad de la Naturaleza, como en la Antigüedad, no se orienta hacia el conocimiento de fenómeno casual, sino hacia la penetración de la idea.
También se conoce como el Canon de las proporciones humanas.
El dibujo está realizado en lápiz y tinta y mide 34,2 x 24,5 cm. En la actualidad forma parte de la colección de la Galería de la Academia de Venecia.
El cuadrado está centrado en los genitales, y el círculo en el ombligo. La relación entre el lado del cuadrado y el radio del círculo es la razón áurea. Para Vitruvio el cuerpo humano está dividido en dos mitades por los órganos sexuales, mientras que el ombligo determina la sección áurea. En el recién nacido, el ombligo ocupa una posición media y con el crecimiento migra hasta su posición definitiva en el adulto.
De acuerdo con las notas del propio Leonardo en el Hombre de Vitruvio se dan otras relaciones:
♥Una palma equivale al ancho de cuatro dedos.
♥Un pie equivale al ancho de cuatro palmas (12 inch).
♥Un antebrazo equivale al ancho de seis palmas.
♥La altura de un hombre son cuatro antebrazos (24 palmas).
♥Un paso es igual a un antebrazo.
♥La longitud de los brazos extendidos (envergadura) de un hombre es igual a su altura.
♥La distancia entre el nacimiento del pelo y la barbilla es un décimo de la altura de un hombre.
♥La altura de la cabeza hasta la barbilla es un octavo de la altura de un hombre.
♥La distancia entre el nacimiento del pelo a la parte superior del pecho es un séptimo de la altura de un hombre.
♥La altura de la cabeza hasta el final de las costillas es un cuarto de la altura de un hombre.
♥La anchura máxima de los hombros es un cuarto de la altura de un hombre.
♥La distancia del codo al extremo de la mano es un quinto de la altura de un hombre.
♥La distancia del codo a la axila es un octavo de la altura de un hombre.
♥La longitud de la mano es un décimo de la altura de un hombre.
♥La distancia de la barbilla a la nariz es un tercio de la longitud de la cara.
♥La distancia entre el nacimiento del pelo y las cejas es un tercio de la longitud de la cara.
♥La altura de la oreja es un tercio de la longitud de la cara.
♥La distancia desde la planta del pie hasta debajo de la rodilla es la cuarta parte del hombre.
♥La distancia desde debajo de la rodilla hasta el inicio de los genitales es la cuarta parte del hombre.
♥El inicio de los genitales marca la mitad de la altura del hombre..
♥El redescubrimiento de las proporciones matemáticas del cuerpo humano en el siglo XV por Leonardo y otros autores, está considerado uno de los grandes logros del Renacimiento.
♥El dibujo también es a menudo considerado como un símbolo de la simetría básica del cuerpo humano y, por extensión, del universo en su conjunto.
♥Examinando el dibujo puede notarse que la combinación de las posiciones de los brazos y piernas crea realmente dieciséis posiciones distintas. La posición con los brazos en cruz y los pies juntos se ve inscrita en el cuadrado sobreimpreso. Por otra parte, la posición superior de los brazos y las dos de las piernas se ve inscrita en el círculo sobreimpreso. Esto ilustra el principio de que en el cambio entre las dos posiciones, el centro aparente de la figura parece moverse, pero en realidad el ombligo de la figura, que es el centro de gravedad verdadero, permanece inmóvil.
oPiNiÓn...
Por: Augusto Trujillo Muñoz
Una trágica sobre ideologización dividió al mundo de su tiempo en fronteras infranqueables: las fronteras ideológicas. A diferencia de las fronteras geográficas, o culturales, o étnicas, que pueden tener un sentido de vínculo en medio de las diferencias, las fronteras ideológicas se construyen sobre dogmas y fundamentalismos. Son una especie de barrera eclesial insuperable que no deja espacio para el otro, ni para convivencia alguna, ni siquiera para la tolerancia. Hombres y pueblos se radicalizan de manera irracional y sustituyen el diálogo político por una agresiva confrontación ideológica.
Allende fue el primer jefe de Estado en el mundo, que se comprometió con un proyecto socialista de rostro humano. Según lo recuerda su discípulo el presidente Ricardo Lagos en texto escrito con motivo del centenario del nacimiento de su maestro, Allende descubrió que “la libertad es el espacio ideal para construir una mayor igualdad”. La suya fue una experiencia inédita: “Pisamos un camino nuevo, dijo. Marchamos sin guía por un sendero desconocido; apenas teniendo como brújula nuestra fidelidad al humanismo de todas las épocas”.
Ese compromiso supone una afirmación democrática propia del siglo XXI. Va mucho más allá de los supuestos humanismo liberal y socialista proclamado por los voceros de aquella confrontación ideológica estimulada por las dos grandes potencias del siglo XX. Esos eran humanismos de panfleto. Por encima de ellos, Allende se comprometió con “el humanismo de todas las épocas” que, de alguna manera, podría ser también el humanismo de todos los lugares.
Ahora que algunos líderes regionales de América mencionan su propósito de construir el socialismo del siglo XXI, vale la pena inducirlos a estudiar el proyecto político de Allende. Un proyecto prácticamente imposible de entender en medio del escenario bipolar, bicolor, inflexible y excluyente de la guerra fría pero, seguramente, viable en un ámbito más abierto y tolerante como el que trajo consigo la nueva centuria.
Allende fue víctima de un dogmatismo revolucionario incapaz de ver el mundo en la riqueza de su realidad múltiple. Si las cosas no pueden ser sino como han sido, o sólo pueden ser modificadas a través de una receta única, no hace falta explorar otras opciones. Los analistas desestimaban su proyecto de socialismo en libertad con el argumento simplista de que la constitución prohíbe la revolución.
Pero es que Allende no hablaba de reeditar revoluciones antiguas o recientes. Según lo recuerda el mismo Lagos, quería “hacer una revolución que no había tenido lugar en ninguna parte”, y quería hacerla en democracia. No por obstinación, ni por ingenuidad sino porque, como los líderes eurocomunistas de su época, había llegado a la conclusión de que las libertades individuales y la autonomía política son una conquista irrenunciable del progreso humano.
Poco después de su muerte García Márquez escribió un texto que, por estos días, ha sido publicado de nuevo. La mayor virtud del presidente Allende, dijo Gabo, fue la consecuencia con su propia propuesta política “pero el destino le deparó la rara y trágica grandeza de morir defendiendo a bala el mamarracho anacrónico del derecho burgués…y toda la parafernalia apolillada de un sistema de mierda que se había propuesto liquidar sin disparar un solo tiro”.
También Gabo cae en la trampa. Su texto desconoce el alcance de lo que, para Allende, era un proyecto original. Adelantándose a su época y a contrapelo de la mayoría de sus amigos, Allende no creyó en la dicotomía revolución o reforma, ni en que el derecho es una superestructura al servicio de los poderosos, ni en que lo fusiles son más revolucionarios que los votos. Pero semejantes inquietudes innovadoras reñían con el dogma vigente. Insistir en ellas era caer en el revisionismo, un pecado imperdonable en medio de tantas supuestas certezas ideológicas.
Allende presintió lo que luego fue descubrimiento del siglo XXI. Tuvo, quizás, una falla, como también lo recuerda el presidente Lagos, la cual fue producto de su debilidad política: No pudo convencer a sus partidarios “que el camino del cambio a través de la democracia sólo es posible consolidando grandes mayorías basadas en amplios consensos”.
Para juzgar a Allende hacía falta la mínima perspectiva histórica que ahora ofrecen el centenario de su nacimiento y la notable evolución de la teoría de la democracia en los últimos lustros. Si llega al poder treinta años después, probablemente, habría sido el gran artífice de un proyecto político capaz de construir el auténtico socialismo del siglo XXI.
En su tiempo no había espacio para proyectos inéditos. Pero hoy hacen falta líderes que, como él, exploren nuevas opciones y se comprometan en su desarrollo “teniendo como brújula la fidelidad al humanismo de todas las épocas”.
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