uNiFiCaCiÓn De ItAlIa...
A principios del siglo XIX el politico austriaco Metternich afirmaba que Italia era sólo una "expresión geográfica" (cada pueblo tenía sus diferentes costumbres, lengua, bandera e himno). Ocupaban la península Itálica un mosaico de estados, algunos ocupados por potencias extranjeras.
Napoleón conquistó la península y modificó el mapa completamente. Anexionó Piamonte, Parma, Toscana, la República Ligur y los Estados Pontificios al Imperio Francés, unificó todo el noreste de la península para crear el Reino de Italia, del cual se declaró rey y también conquistó el reino de Nápoles. Durante este periodo Italia sufrió toda una serie de reformas liberales, como la abolición de los privilegios feudales y eclesiásticos.
Napoleón conquistó la península y modificó el mapa completamente. Anexionó Piamonte, Parma, Toscana, la República Ligur y los Estados Pontificios al Imperio Francés, unificó todo el noreste de la península para crear el Reino de Italia, del cual se declaró rey y también conquistó el reino de Nápoles. Durante este periodo Italia sufrió toda una serie de reformas liberales, como la abolición de los privilegios feudales y eclesiásticos.
Con la derrota de Napoleón, el Congreso de Viena (1815) reestructura de nuevo el espacio geográfico de Italia atendiendo especialmente a los intereses de las familias dinásticas y las grandes potencias europeas, nunca a los intereses del pueblo.
El Imperio Austríaco se anexionó Lombardía y el Véneto y además colocó a príncipes austríacos en el trono de Parma, Módena y Toscana. Cerdeña y Piamonte se unificaron en el de Piamonte-Cerdeña, el cual recibió Saboya y Niza. Se restauraron los Estados Pontificios y a los Borbones en el trono de Nápoles, que pasó a llamarse Reino de las dos Sicilias.
Se restauró el absolutismo en todos los Estados. Los gobernantes impuestos por el Congreso de Viena no contaban con el apoyo popular, por lo que tuvieron que estar auxiliados por el Imperio Austriaco.
Mientras tanto, los ideales nacionalistas continuaban propagándose, incentivados por la vuelta al absolutismo y el progreso económico. El incremento de la producción textil de Piamonte necesitaba de un mercado interior más amplio donde colocar sus manufacturas. La expansión del ferrocarril favorecía las comunicaciones y la unidad de los diversos estados. Otros elementos aglutinadores eran la religión católica, la cultura italiana y el romanticismo, que identificó a Italia con el Risorgimento letterario, con lo que adquirió un gran poder político. Escritos aparentemente literarios o históricos estaban llenos de alusiones a la esclavitud o la tiranía. Donde no estaba permitida la crítica se utilizaba la sátira.
El Imperio Austríaco se anexionó Lombardía y el Véneto y además colocó a príncipes austríacos en el trono de Parma, Módena y Toscana. Cerdeña y Piamonte se unificaron en el de Piamonte-Cerdeña, el cual recibió Saboya y Niza. Se restauraron los Estados Pontificios y a los Borbones en el trono de Nápoles, que pasó a llamarse Reino de las dos Sicilias.
Se restauró el absolutismo en todos los Estados. Los gobernantes impuestos por el Congreso de Viena no contaban con el apoyo popular, por lo que tuvieron que estar auxiliados por el Imperio Austriaco.
Mientras tanto, los ideales nacionalistas continuaban propagándose, incentivados por la vuelta al absolutismo y el progreso económico. El incremento de la producción textil de Piamonte necesitaba de un mercado interior más amplio donde colocar sus manufacturas. La expansión del ferrocarril favorecía las comunicaciones y la unidad de los diversos estados. Otros elementos aglutinadores eran la religión católica, la cultura italiana y el romanticismo, que identificó a Italia con el Risorgimento letterario, con lo que adquirió un gran poder político. Escritos aparentemente literarios o históricos estaban llenos de alusiones a la esclavitud o la tiranía. Donde no estaba permitida la crítica se utilizaba la sátira.
REVOLUCIONES DE 1820
En 1820 se inició en Europa una oleada revolucionaria que afectó sobre todo al área mediterránea. La revolución se inició en España a causa del levantamiento de Riego. En aquel momento se encontraba en Las Cabezas de San Juan junto con su ejército y se disponía a partir hacia América para sofocar los movimientos independentistas que allí se estaban produciendo. El uno de enero se sublevó contra el rey y aunque al principio la revolución no tuvo apoyo popular, finalmente el pueblo se rebeló y Fernando VII decidió jurar la Constitución de 1812. Pero Fernando VII era un monarca absolutista y consideraba que la división de poderes era una ofensa contra sus derechos, por lo que pidió auxilio a la Santa Alianza y ésta dio permiso a Francia para enviar a un ejército llamado los Cien Mil Hijos de San Luis bajo el mando del duque de Angulema. Poco a poco, la revolución se fue extendiendo por Europa, llegando a Portugal, Grecia, diversos estados Italianos y Rusia.
♥La revolución en Nápoles
En 1814 la Carbonería comenzó a organizar actividades revolucionarias en Nápoles. Por 1820 el grupo ya era lo suficientemente poderoso para invadir Nápoles con su propio ejército. La revolución española estimuló el movimiento revolucionario de Nápoles. Un regimiento del ejército napolitano al mando del general Guglielmo Pepe, un carbonario, se levantó y conquistó la parte peninsular de Nápoles, por lo que el rey, Fernando I, se vio obligado a jurar que implantaría la nueva Constitución que los Carbonarios estaban redactando. Mientras, se utilizó de manera provisional la Constitución española.
Pero la revolución, que no contaba con el apoyo popular, cayó bajo las tropas austríacas de la Santa Alianza. El rey suprimió la Constitución y comenzó sistemáticamente a perseguir a los revolucionarios. Muchos partidarios de la revolución en Nápoles, incluyendo el erudito Michele Amari, fueron forzados al exilio durante las siguientes décadas, algunos fueron fusilados.
♥La revolución en Piamonte-Cerdeña
El líder del movimiento revolucionario en Piamonte-Cerdeña era Santorre di Santarosa, que deseó expulsar a los austríacos y unificar Italia bajo la casa de Saboya. La rebelión de Piamonte comenzó en Alessandria, donde las tropas adoptaron la bandera tricolor (verde, blanco y rojo) de la República Cisalpina. El regente del rey, actuando mientras que el rey estaba ausente, aprobó una nueva constitución para apaciguar a los revolucionarios, pero cuando el rey regresó rechazó la constitución y pidió auxilio a la Santa Alianza. Ésta dio a Austria permiso para intervenir en Italia y derrotar a las tropas de Santarosa.
Giuseppe Mazzini
Giuseppe Mazzini, en 1831 fue a Marsella, donde organizó una nueva sociedad política llamada La Giovine Italia ("La Joven Italia"). Su lema era Dios y el Pueblo, y su principio básico era la unión de los diversos Estados y reinos de la península en una única república como único medio para lograr la libertad italiana. También fundó diversas organizaciones con el fin de unificar o liberar otras naciones: "Joven Alemania", "Joven Polonia" y finalmente "Joven Europa" (Giovine Europa).
Mazzini creía que la unificación italiana sólo podría alcanzarse mediante un levantamiento popular. Continuó plasmando este propósito en sus obras y trató de conseguirlo a través del exilio y la adversidad con inflexible constancia. Sin embargo, su importancia fue más ideológica que práctica: tras la caída de las revoluciones de 1848 (durante las cuales Mazzini se convirtió en el líder de la efímera República Romana), los nacionalistas italianos empezaron a mirar al rey del Piamonte y su primer ministro, el conde Cavour como los directores del movimiento unificador.
♥La primera guerra de la independencia (1848)
Primer conflicto:
En el 1848, después de los movimientos revolucionarios en Palermo, Messina, Milán y en otras muchas partes de Europa, se inicia la Primera Guerra de la Independencia declarada a Austria el 23 de marzo de 1848 por Carlos Alberto de Saboya el jefe de la alianza del Reino de Cerdeña con los Estados Pontificios y el Reino de las Dos Sicilias.
Giuseppe Garibaldi, Giuseppe Mazzini y Giuseppe Elia Benza regresaron a Italia para participar de la revuelta, pero la Casa de Saboya no aceptó completamente que participaran en ella y la rebelión fue generalmente dirigida por los gobiernos.
Después de las victorias iniciales en Goito y en Peschiera del Garda, el Papa, preocupado por la expansión del Reino de Cerdeña en caso de victoria retiró sus tropas. También el Reino de las Dos Sicilias decidió retirarse, pero el general Guglielmo Pepe se negó a regresar a Nápoles y marchó a Venecia para participar en la defensa de la contraofensiva austríaca.
En efecto, Fernando II cambió la actitud preocupado por los acontecimientos revolucionarios que estaban desarrollándose en Sicilia y envió una delegación a Turín para alinearse con la Casa de Saboya y pedir ayuda para sofocar la revolución. Carlos Alberto, aunque era aliado de los napolitanos, mantuvo una posición cautelosa, lo que disgustó profundamente al Borbón.
Los Italianos perdieron en Custoza (cerca de Verona) y tuvieron que firmar, el 9 de agosto de 1848 el armisticio de Salasco con Austria y aceptar lo pactado anteriormente en el Congreso de Viena. Así termina la primera fase del 1848 italiano. El año siguiente la iniciativa sería democrática.
Segundo conflicto:
En 1849, Leopoldo II de Toscana abandonó Florencia, dejando un gobierno provisional. En Roma se proclamó la República romana, con la idea de un triunvirato de Giuseppe Mazzini. Carlos Alberto rompió la tregua con Austria, pero cuando perdió en Novara abdicó a favor de Víctoc Manuel II.
Roma, defendida por Giuseppe Garibaldi, fue atacada por las tropas francesas de Napoleón III, que la sitiaron. Con la caída de la República romana muchos revolucionarios fueron de nuevo condenados al exilio; Garibaldi en el 1850 fue a Nueva York, cerca de Antonio Meucci.
También la ciudad de Venecia, tras una larguísima resistencia del asedio austríaco comandada por Leonardo Andervolti, tuvo que rendirse por el hambre y una epidemia de cólera.
Retrato de Cavour, obra de Francesco Hayez
Aunque Carlos Alberto había sido derrotado en su intento de liberar a los italianos del poder austríaco, los piamonteses no se habían dado por vencidos completamente. Camillo Benso, conde de Cavour, llegó a primer ministro en 1852, y también él tenía ambiciones expansionistas. Pero se dio cuenta de que para conseguir la independencia necesitaban ayuda, pues había que combatir contra el Imperio Austríaco, por lo que quería asegurarse la ayuda de Francia y Gran Bretaña.
Cavour creía que se ganaría el favor occidental si participaba en la guerra de Crimea, por lo que entró en la guerra en 1855. Cavour sabía que no podría pedir nada a cambio de su entrada en la guerra, porque sus aspiraciones iban justamente en contra de las de Austria, que también apoyaba a Francia y Gran Bretaña en el conflicto. Pero decidió prestar una ayuda sin condiciones, para ganarse la confianza de las potencias occidentales, considerando que los resultados favorables se obtendrían más adelante.
El 14 de enero de 1858, el nacionalista italiano Felice Orsini intentó asesinar a Napoleón III, emperador de Francia. En una súplica escrita desde la prisión, Orsini apeló a Napoleón que cumpliera su sueño ayudando a las fuerzas nacionalistas italianas. Napoleón, que de joven había pertenecido a la carbonaria, se veía como una persona con una mente avanzada, así que, en consonancia con las ideas del momento, se convenció de que su destino era hacer algo por Italia. En el verano de 1858, Cavour se reunió con Napoleón III en Plombières. Acordaron una guerra común contra Austria. Piamonte se anexionaría Lombardía, Véneto, Módena y Parma, y como compensación Francia recibiría Saboya y Niza. El centro y sur de Italia se quedarían como estaban, aunque sí se habló de colocar al primo de Napoleón en Toscana y expulsar a los Habsburgo. Para permitir que lo franceses intervinieran en la guerra sin parecer los agresores, Cavour tenía pensado incitar al ataque a los austríacos participando en los movimientos revolucionarios que se estaban produciendo en Lombardía.
Cavour creía que se ganaría el favor occidental si participaba en la guerra de Crimea, por lo que entró en la guerra en 1855. Cavour sabía que no podría pedir nada a cambio de su entrada en la guerra, porque sus aspiraciones iban justamente en contra de las de Austria, que también apoyaba a Francia y Gran Bretaña en el conflicto. Pero decidió prestar una ayuda sin condiciones, para ganarse la confianza de las potencias occidentales, considerando que los resultados favorables se obtendrían más adelante.
El 14 de enero de 1858, el nacionalista italiano Felice Orsini intentó asesinar a Napoleón III, emperador de Francia. En una súplica escrita desde la prisión, Orsini apeló a Napoleón que cumpliera su sueño ayudando a las fuerzas nacionalistas italianas. Napoleón, que de joven había pertenecido a la carbonaria, se veía como una persona con una mente avanzada, así que, en consonancia con las ideas del momento, se convenció de que su destino era hacer algo por Italia. En el verano de 1858, Cavour se reunió con Napoleón III en Plombières. Acordaron una guerra común contra Austria. Piamonte se anexionaría Lombardía, Véneto, Módena y Parma, y como compensación Francia recibiría Saboya y Niza. El centro y sur de Italia se quedarían como estaban, aunque sí se habló de colocar al primo de Napoleón en Toscana y expulsar a los Habsburgo. Para permitir que lo franceses intervinieran en la guerra sin parecer los agresores, Cavour tenía pensado incitar al ataque a los austríacos participando en los movimientos revolucionarios que se estaban produciendo en Lombardía.
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